jueves, 22 de junio de 2017

Es bueno amar tantas cosas como uno pueda

Es bueno amar tantas cosas como uno pueda; es allí donde está la verdadera fuerza; quien ama mucho hace mucho, puede mucho, y aquello que está hecho con amor está bien hecho; si uno se conmueve por algún libro, por ejemplo, para nombrar algunos: “La golondrina”, “La alondra”, “Me gustaba ese pueblo singular”, de Michelet, es porque han sido escritos con el corazón, con sencillez, con humildad. Decir pocas palabras, pero que tengan un sentido, es mejor que decir muchas que no sean más que sonidos huecos, se quiere fielmente aquello que es digno de ser amado, si uno no malgasta su afecto acordándolo a cosas insignificantes, frívolas y ligeras, en el curso de su camino encontrará siempre más luz, y será más fuerte.

Cuanto más pronto se trate de ser hábil en el dominio preciso de una actividad, en un oficio dado, adoptando una manera de pensar y de actuar relativamente independiente, cuanto más se atenga uno a reglas firmes, más firme será el carácter que se adquiera. Para ello no es preciso limitarse.

Es sabio actuar de ese modo, considerando que la vida es corta, que el tiempo pasa rápido; cuando uno es hábil en un oficio, y comprende bien algo, al mismo tiempo se tiene comprensión y conocimiento de muchas otras por añadidura.

A veces es bueno andar mucho por el mundo, frecuentar gente; a veces uno está obligado, llamado a hacerlo; pero aquel que se quedara totalmente solo, consagrado a su trabajo, y no quisiera tener más que pocos amigos, es quien circularía con mayor seguridad entre los hombres y por el mundo. (…)

Vincent

En Vincent van Gogh, Cartas a Theo, Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, 2007, página 20


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